
Gardel y una mirada que une dos orillas.
La estatua de Carlos Gardel, ubicada en el Cementerio de La Chacarita en Buenos Aires, es
mucho más que un homenaje al ícono del tango. El mausoleo fue diseñado y ejecutado por
el escultor argentino Manuel Alejandro de Llano, un artista de Mar del Plata que, pese a su
carrera artística destacada, es recordado principalmente por esta obra. Inaugurado en 1936,
el mausoleo combina dos estatuas de bronce: una de Gardel de pie, y a su lado otra
alegórica, una mujer desnuda con una lira rota, que representa el duelo por la pérdida de un
ícono cultural.
El Mensaje Oculto de la Escultura
Un aspecto fascinante del mausoleo es la teoría de que De Llano incluyó un mensaje
subliminal en la escultura del cantor. Según investigaciones recientes, la mano derecha de
Gardel sostiene una cinta con motivos charrúas y una medalla con el perfil de un indígena
Tacuabé. Este detalle no es casual: Tacuabé fue un líder indígena que, junto con su esposa,
la hija de ambos, Guyunusa, otro cacique, Vaimaca Perú, y el chamán Senaqué, fue llevado
a Francia en 1835 para ser exhibido ante la aristocracia parisina.
Ilustración 1: Dibujo original de 1833, sobre el que se inspiró la escultura de “Los últimos Charrúas”, inaugurada en 1937 en Montevideo, y construida casi de forma paralela a la de Gardel.
El escultor, De Llano, quiso trazar un paralelismo entre Gardel y el cacique charrúa. Ambos compartían una conexión con la música: Tacuabé era músico, y por ello se lo representa con un instrumento en la escultura Los Últimos Charrúas, creada en la misma época que la de Gardel. Además, el apellido Tacuabé, o Tacuaré, comparte raíz etimológica con “Tacuarembó”, una palabra que puede traducirse como “Región de las tacuaras”, pero que también podría interpretarse como “Región del clan Tacuaré”.
Ilustración 2: Gardel sostiene en su mano derecha una cinta charrúa, y una medalla con el rostro del indio Tacuabé.
La orientación hacia Tacuarembó: otra travesura del escultor.
Un detalle que hasta ahora ha pasado desapercibido para de historiadores y curiosos es que
la estatua de Gardel está orientada en línea recta hacia Tacuarembó, Uruguay, hacia el lugar
preciso donde habría nacido Gardel. Desde su posición sobre la calle 33, la orientación es
tan precisa que Gardel mismo pareciera decir: “Seguí todo derecho para allá y llegás a
Tacuarembó”.
Ilustración 3: “Seguí todo derecho para allá y llegás a Tacuarembó”.
Pero no es que la línea recta nos lleve a cualquier punto de Tacuarembó
sino que culmina con exactitud en la tranquera de la Estancia Santa Blanca, y
que aún se mantiene en pie, tal como se construyó, hace 150 años atrás. Situada en la
frontera entre Tacuarembó y Paysandú, sigue siendo un lugar remoto, aislado, rodeado tan
solo de cerros y vegetación, sin caminos, sin otras construcciones lindantes.
A pesar de su aislamiento, es un asentamiento cargado de historia, pues fue propiedad del
coronel Carlos Escayola, también grado 33 en la masonería, quien está vinculado a la
paternidad de Gardel. Y es en ese preciso lugar donde el futuro cantor vino al mundo.
Que una estatua en Buenos Aires esté orientada en línea recta hacia este punto preciso y que
la dirección coincida con un ángulo de 33 grados parece ser algo más que una simple
casualidad.
Ilustración 4: La aislada Estancia Santa Blanca unida por la mirada de Gardel en Buenos Aires.
Los números no mienten: 33 grados exactos
Los cálculos geodésicos revelan que el azimut desde la estatua hasta la estancia es de 33.37
grados noroeste, una cifra que no solo resulta precisa, sino cargada de simbolismo:
1 33 grados masónicos: Este número está vinculado al grado máximo de la masonería, un detalle que parece tener un eco simbólico en la posición de Gardel, especialmente considerando que fue velado en Medellín bajo rituales masónicos de la Logia Iris del Aburrá.
2 Los 33 Orientales: El número también resuena con los héroes de la independencia uruguaya, reforzando un vínculo simbólico con la tierra a la que Gardel parece mirar.
3 La calle 33: No es casualidad que el mausoleo de Gardel se ubique sobre la calle 33 del cementerio, alineando aún más este enigma.
Ilustración 5: La estatua de Gardel está orientada a 33º respecto al norte geográfico, mirando hacia el noroeste.
Detalles técnicos del cálculo:
- Punto de partida: Estatua de Gardel, Cementerio de La Chacarita.
◦ Latitud: -34.590893
◦ Longitud: -58.454724 - Destino: Estancia Santa Blanca, Tacuarembó, Uruguay.
◦ Latitud: -31.746514 ◦
Longitud: -56.268005 •
Resultados:
◦ Distancia en línea recta: 375,63 km.
◦ Orientación (azimut): 33.37° desde el norte geográfico.
◦ Interpretación: Desde Buenos Aires, el rumbo hacia la estancia sigue una línea recta de 33.37° en dirección noroeste.
Este cálculo se realizó utilizando fórmulas trigonométricas para determinar la dirección entre dos puntos geográficos, tomando como base un modelo esférico de la Tierra con un radio promedio de 6.371 km. - La formula es la siguiente:
La precisión del azimut permite afirmar que la orientación es casi perfecta, y cualquier leve variación podría corregirse midiendo la posición exacta de la mirada de la estatua.
Ilustración 6: Si se traza una línea recta, la mirada de Gardel desemboca en la Estancia Santa Blanca en Tacuarembó.
Simbolismo en movimiento
La postura de Gardel también parece cargada de intención. La mano derecha de Gardel, que
sostiene el medallón de Tacuabé, parece estar a medio camino de llevarlo hacia el pecho,
como un gesto que busca conectar su corazón con el simbolismo del cacique.
Al mismo tiempo, su pierna izquierda está inclinada, como si estuviera a punto de dar un paso hacia adelante. ¿Hacia dónde? Hacia Tacuarembó, el lugar al que mira. Sin embargo, ambos gestos quedan congelados, como si Gardel estuviera atrapado en un momento eterno de retorno hacia su tierra.
La sonrisa ¿qué podría simbolizar sino la felicidad de mirar a su tierra, su origen?
Un símbolo universal: Las estatuas y sus direcciones
No es inusual que grandes monumentos sean diseñados con un propósito específico de
orientación. La Estatua de la Libertad, por ejemplo, mira hacia Francia, su país de origen.
La estatua de Cristóbal Colón en Barcelona apunta hacia Mallorca, su tierra natal.
Siguiendo esta tradición, la estatua de Gardel en Chacarita parece mirar hacia Tacuarembó,
conectando simbólicamente a Gardel con su lugar de origen.
¿Milagro o maestría del escultor?
Los detalles son asombrosos: la ubicación exacta, el número 33 que se repite, la postura de Gardel, y la conexión con la masonería. Todo esto sugiere una planificación meticulosa, un mensaje oculto que el escultor De Llano dejó como un enigma para futuras generaciones.
Si aceptamos que nada en la escultura está improvisado, esta obra no solo es un homenaje al ícono del tango, sino un símbolo cargado de significado, que une ambos lados del Río de la Plata en un gesto eterno. Como Gardel, su estatua sonríe, mirando a su tierra, avanzando en espíritu hacia Tacuarembó, mientras su figura permanece inmortalizada en Buenos Aires.
“Gardel, siempre caminando hacia su tierra, con el corazón de un charrúa y la mirada de un hombre que nunca olvidó sus raíces.”
La Mano del Filósofo o Mano de los Misterios
El gesto de la mano derecha de Gardel en su estatua del Cementerio de La Chacarita no es casual, sino que esconde un simbolismo profundo y multifacético. La posición de los dedos, con el mayor y el índice extendidos mientras los otros permanecen plegados, ha sido tradicionalmente interpretada como un gesto característico en el que los devotos colocan un cigarrillo, homenajeando la figura bohemia del Zorzal Criollo. Sin embargo, este gesto tiene connotaciones más antiguas y enigmáticas.
Ilustración 7: La “mano del filósofo” o la “Mano de los Misterios”. Antigua escultura.
El gesto puede identificarse con la “Mano del Filósofo” o “Mano de los Misterios”, un símbolo esotérico que encierra profundas connotaciones alquímicas y masónicas. Este talismán es representativo de la apoteosis, el proceso de transformación espiritual mediante el cual un ser humano alcanza la divinidad o un estado de iluminación superior. En este contexto, la mano es vista como una llave hacia el conocimiento oculto y los misterios del universo.
Ilustración 8: Mano del Filósofo o Gran Maestro Masón. Similitud con la postura de la mano de Gardel.
Gardel y la masonería: vínculos y coincidencias
La postura de la mano de Gardel, combinada con otros elementos simbólicos de la estatua,
refuerza la idea de una conexión con el pensamiento masónico:
- El gesto masónico: La posición de los dedos puede interpretarse como un saludo
simbólico de los iniciados en ciertos ritos masónicos. - El número 33: Presente tanto en la orientación hacia Tacuarembó como en la ubicación
de su mausoleo en la calle 33, es el número más emblemático de la masonería,
correspondiente al grado máximo. - El ritual en Medellín: Gardel fue velado con honores masónicos por la Logia Iris del
Aburrá, lo que sugiere su vinculación o, al menos, el respeto hacia esta tradición.
Conclusión: La estatua de Gardel en Chacarita, con su orientación precisa hacia Tacuarembó y su rica simbología, es más que un homenaje: es un enigma histórico y cultural. Cada detalle invita a reflexionar sobre los orígenes y las conexiones ocultas de Gardel, quien, con su sonrisa y mirada fija, parece decirnos que, aunque su cuerpo descansa en Buenos Aires, su espíritu sigue caminando hacia su tierra natal.
“Gardel, eterno viajero entre dos patrias, sonríe hacia el horizonte, uniendo orillas con su canción y su misterio.”
Marcelo. O. Martínez es el autor de esta nota que complementa la titulada “Un mensaje fundido en Bronce” de Martina Iñiguez.
En consecuencia: Descifrado el enigma! Gardel mira a Tacuarembó por toda la eternidad!!!
Agradecemos el valiosísimo aporte de un miembro de la masonería que reveló el secreto.
Manuel de Llano esculpió en “El bronce que sonríe” las claves para desentrañar la verdadera historia de Carlos Gardel. Ya puede descansar en paz.